Nueva Generación-Nueva Constitución
Mientras las
familias peruanas hacían todo lo posible por sobrevivir a esta crisis
económica, el gobierno una vez más, en las alturas del poder movían las fichas
de ajedrez, está vez para encargarle las riendas de nuestro país, a una de las
clases políticas más recalcitrantes de la derecha, encabezada por Merino y,
parte de su equipo con Antero Flórez.
En Cusco, salimos
a las calles desde aquella noche del 9 noviembre, apenas llegué, la policía ya
estaba en el frontis del poder judicial y estaban interviniendo a una joven
mujer por estar escribiendo en su cartel: “Fuera Merino”, comenzó a llegar más
gente; pero, sentía algo de preocupación, porque ya había pasado que cuando en
una marcha te ven menos de 4 personas, la policía te lleva a la comisaria para
ponerte una multa, menos mal llegaron más, igual la policía hizo una fila de
choque y, comenzó arrinconarnos, a empujarnos, no querían que nos acerquemos a
la Plaza de Armas del Cusco, vimos varias formas de entrar, al final lo
impidieron.
Al día siguiente,
salimos, teníamos que ir a la Plaza de Armas, que siempre fue el espacio de lucha,
no solo, no lo permitieron, sino que tiraron bombas, golpearon sin mesura.
Cuando le preguntaron a la comandante de la PNP; Edith Espejo, sobre lo
ocurrido, dijo: “estamos haciendo uso del mecanismo que la ley ampara, que es
contener la alteración al orden público”. De regreso a casa, cansado, con los
ojos rojos, pensaba en el orden público, claro fuera de las definiciones
técnicas, para el sistema neoliberal, es defender la libertad económica mucho
más que lo colectivo; para que nuestro derecho a protestar y, ahora elegir
quienes no deberían gobernarnos, tenga desaparecer con una bomba lacrimógena.
La juventud del
bicentenario, se ha hecho presente en las calles, le ha gritado al ambulante,
al trabajador del restaurante, al comerciante que trajo sus pitos y cintas, a
los universitarios que han sido estafados por las universidades truchas, a los
gremios sociales, qué las calles son nuestras y, qué la irreverencia, trae
victorias; pero, también perdidas que nunca olvidaremos; a Inti Sotelo Camargo-
Jack Bryan Pintado, que entregaron su espíritu, para que nuestra cotidianidad
sea diferente, para pasar de resistir a conseguir más derechos; poner por
delante nuestra elección antes de sus intereses, qué ya no se amparen en las
leyes de la constitución del 93 qué ha sido escrita con la sangre de aquellos
que también alzaron su voz contra las injusticias; y , que hoy siguen
amparándose para matar, golpear, y, desaparecer.
La generación
del Bicentenario, construyo el puente hacia la Nueva Constitución; pero, nos
pondrán la misma receta para no cruzarla, mientras, el rio sigue arrastrando
corrupción e impunidad, violencia, desigualdad y explotación, de qué sirve
construir el puente; si el rio seguirá en lo mismo. Crucemos para cambiarlo
todo y, ver florecer a nuestro Perú.
Por:
Justo Chilo Luna
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